miércoles, 26 de octubre de 2011

Una campaña política para reflexionar...

En Colombia, por desgracia, sería una buena noticia anunciar que los niños de estratos 1 y 2 tienen asegurado su trabajo como niñeros en el futuro. Por estos días, incluso, hasta cabría como promesa de campaña de nuestros "ilustres" candidatos a los primeros cargos regionales.

lunes, 24 de enero de 2011

Salander, Larsson y yo

No suelo escribir largo en este medio ni en ninguno. De hecho, no suelo escribir ni en este medio ni en ninguno. Pero la opinión de uno de los escritores colombianos que más admiro, que se puede consultar en el link adjunto, me motivó a hacer una excepción.

La historia es la siguiente. En 2009 me encontré con la crítica favorable del nobel Mario Vargas LLosa -un texto publicado, si mal no recuerdo, en un suplemento dominical del periódico El Colombiano- a la obra del sueco Stieg Larsson que menciona Héctor Abad Faciolince en la columna de marras. No recuerdo exactamente la época del año. Recuerdo, sí, que el calor era insoportable y yo trataba de apaciguar la modorra del verano tolimense con algo de lectura en el balcón de una habitación de hotel de la medianamente entretenida ciudad de Ibagué.

Por esos días estaba devorando –porque esta historia no se lee, se devora- la segunda parte de la trilogía Millenium, publicada en español como La chica que soñaba con una cerrilla y un bidón de gasolina. No hacía mucho había digerido por completo Los hombres que no amaban a las mujeres, y las palabras del hoy nobel, para entonces un escritor reconocido, me hicieron pensar que se trataba de mucho más que un mero best seller. Hoy estoy convencido de ello.

El resultado, leí las poco más de dos mil páginas que componen los tres libros -La reina en el palacio de las corrientes de aire es el nombre del tercero y último- y asistí presuroso al estreno de las adaptaciones cinematográficas de los dos primeros.

Es claro que la historia de la Salander murió con Larsson y que jamás volveré a leer nada nuevo del sueco y su personaje indescifrable. Lo cierto es que hoy puedo decir sin temor a equivocarme, que en una estantería de un almacen de grandes superficies en Medellín -el Éxito para ser más exacto-, me topé, atraído por el título del libro que inicia la trilogía -una mala traducción según el columnista de turno-, con la extraña y para mí sexy Lisbeth Salander y con el intrépido y suertudo Mikael Blomkvist, poco antes que Vargas Llosa y, definitivamente, mucho antes que Héctor Abad Faciolince, y mi sorpresa fue similar a la que se llevaron los dos letrados, sumamente grata. Seguro es en lo único en que llegaré a parecerme a estos dos entendidos de la literatura latinoaméricana, pero no me importa, me conformo con parecerme a mi difunto padre.

Definitivamente, la trilogía Millenium encierra una historia impactante, repleta de acción y de personajes tan entrañables como repulsivos. No es una recomendación personal, no soy nadie para recomendar nada, pero, no sé ustedes -si es que existen, pues estos parajes no los visita nadie-, yo leería todo lo que recomienden estos dos señores. Y, si es bueno, tres veces bueno, mejor.

http://www.elespectador.com/impreso/columna-245078-lisbeth-salander-suecia